Actualmente, existe una creencia errónea en el proceso de pérdida de grasa. La mayoría de las personas tienen asociada la disminución del peso con la pérdida de grasa. Sin embargo, no son lo mismo, sino que son conceptos totalmente diferentes. El peso no siempre refleja la pérdida de grasa.
Mucha gente sólo toma nota de lo que progresa la báscula y esto es un grave error. Centrarnos única y exclusivamente en bajar el número que aparece en la báscula no es un claro indicador de que nos vayamos a ver mejor (pudiendo afectar a la autoestima). Ya que, probablemente, nos lleve a desilusionarnos y a no valorar todo el progreso que hayamos logrado hasta ese momento.
Lógicamente, se puede utilizar la báscula como método de registro y seguimiento de cada individuo, pero debemos tener en cuenta que no es la herramienta más eficiente para medir el progreso. Esto se debe a que el peso varía mucho de un día para otro, ya que este corresponde a la suma de varios parámetros como la masa muscular, el agua y el glucógeno, la masa ósea y la grasa.
A la hora de realizar los pesajes, lo ideal sería realizarlo siempre en las mismas condiciones y en ayunas. Aunque esto es algo muy complejo de hacer, especialmente, en mujeres durante la fase de la menstruación.
Ahora bien, existen diferentes factores que pueden modificar el peso que aparece en la báscula (además de los fisiológicos mencionados antes) y que explican por qué el peso no es un buen indicador de los cambios producidos en la composición corporal. Algunos de estos factores son:
- Entrenamientos muy intensos.
- Comer algo que no comes normalmente.
- Exceso o déficit de hidratación.
- Consumo de alcohol y deshidratación.
- Pesarse antes o después de haber ido al baño.
- Niveles de estrés elevados.
- Disminución de la cantidad y calidad del sueño.
- Uso de medicación
Ahora que ya ha quedado claro que el número de la báscula no es tan importante a la hora de perder grasa, me centraré en lo verdaderamente importante.
4 Formas de medir el progreso sin tener que usar una báscula
- Contornos. Medir nuestros contornos de cintura, cadera, abdomen, muslo y brazo es una forma muy representativa y sencilla de medir la pérdida de grasa. Muchas veces no somos conscientes del gran progreso que estamos consiguiendo si no tomamos estas medidas, ya que suele darse más rápido una disminución de estas medidas que del propio peso.
- Pliegues. Si dispones de un plicómetro, puedes valorar el grosor de pliegues de distintas partes del cuerpo como la zona del tríceps, del abdomen o del muslo y, en caso de reducirse, muestran que has perdido grasa. Para que esta medición sea más precisa, acude a un dietista o nutricionista.
- Fotografías. Mediante la toma de fotografías de forma periódica (cada 15-30 días) podremos observar nuestro progreso. Para ello, tendremos que tomar una fotografía de frente, otra de perfil y otra de espaldas. Además, será fundamental realizarlo siempre en las mismas condiciones: en el mismo sitio, la misma luz o momento del día, con la misma ropa y, a ser posible, que sea otra persona quien te haga las fotos.
- Ropa. Otro de los grandes olvidados y, para mí, de mayor importancia tanto a nivel físico como psicológico. Ponerte unos pantalones que antes no podías, utilizar nuevos agujeros del cinturón, bajar la talla del pantalón o que la ropa no te apriete y te sientas mejor con ella es sinónimo de una mejora de la composición corporal.
Si quieres obtener una valoración más detallada y precisa sobre tu progreso, ponte en contacto conmigo AQUÍ. Como dietista de Fitness & Coach estaré encantado de poder ayudarte a conseguir tus objetivos.