Se han convertido en la verdadera pandemia de nuestros tiempos: SIBO, intolerancias, dispepsia funcional, colon irritable, celiaquía… ¿No tienes la sensación de que las molestias gastrointestinales cada vez afectan a más personas?
Es obvio que ante los primeros síntomas es necesario realizar las pruebas clínicas pertinentes para obtener un diagnóstico seguro. A partir de ahí y, en función de la problemática detectada, la alimentación juega un papel determinante, pero no es lo único que va a permitirte mejorar tu salud gastrointestinal: el ejercicio físico guarda una estrecha relación y resulta de gran ayuda como te vamos a contar hoy.
Por qué ejercicio físico y salud gastrointestinal van de la mano.
La salud del sistema gastrointestinal no solo está vinculada a la dieta y a la genética, sino también a factores como el estilo de vida, y en particular, al ejercicio físico. El ejercicio constante y supervisado por un entrenador / coach que además sea nutricionista ha demostrado tener un impacto muy positivo en la salud gastrointestinal, mejorando la funcionalidad del aparato digestivo, aliviando síntomas y previniendo malestares futuros.
Pero, ¿en qué aspectos ayuda el ejercicio físico a la salud gastrointestinal exactamente?
1.- Contribuye a regular el tránsito intestinal y mejora las digestiones:
Una de las formas en las que el ejercicio físico beneficia al sistema gastrointestinal es mediante la regulación de su tránsito. La actividad física regular estimula la contracción de los músculos abdominales, lo que a su vez promueve el movimiento adecuado de los alimentos a lo largo del tracto digestivo. Esto ayuda a prevenir problemas como el estreñimiento, mejorando la regularidad y evitando la acumulación de desechos en el colon con lo que ello conlleva.
2.- Ayuda a mantener un peso estable y adecuado:
Además, el ejercicio físico contribuye a mantener un peso corporal saludable, lo cual es crucial para prevenir trastornos gastrointestinales como la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) y la enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA). El exceso de peso puede ejercer presión sobre el abdomen, provocando la regurgitación de ácido estomacal y afectando la función hepática. El ejercicio regular, combinado con una dieta equilibrada, ayuda a mantener un peso adecuado, reduciendo así el riesgo de estas condiciones.
3.- Mejora el sistema inmunológico:
Otro aspecto importante es la mejora del sistema inmunológico. El ejercicio continuado ha demostrado fortalecer las defensas del cuerpo, incluyendo las que se encuentran en el sistema gastrointestinal. Un sistema inmunológico robusto puede ayudar a prevenir infecciones y enfermedades gastrointestinales, protegiendo la mucosa del tracto digestivo y favoreciendo una digestión saludable.
4.- Reduce el estrés:
Hay una clara relación demostrada entre la salud mental y la salud gastrointestinal. En este sentido, la reducción del estrés es otro beneficio significativo del ejercicio constante como te hemos contado que revierte en la salud gastrointestinal. El estrés crónico puede afectar negativamente la función intestinal, contribuyendo a problemas como el síndrome del intestino irritable (SII). La práctica regular de ejercicio libera endorfinas, neurotransmisores que actúan como analgésicos naturales y generan una sensación de bienestar. Esto puede ayudar a reducir el estrés y sus efectos adversos en el sistema gastrointestinal.
Es importante destacar que el ejercicio físico debe estar supervisado para adaptarse a las necesidades individuales, ya que un enfoque incorrecto o excesivo podría tener efectos negativos en la salud gastrointestinal. En Fitness & Coach ya sabes que realizamos una evaluación nutricional previa y que todos nuestros entrenamientos vienen acompañados de un asesoramiento nutricional para conseguir los mejores resultados.
En conclusión, el ejercicio físico constante y supervisado desempeña un papel crucial en el mantenimiento de la salud gastrointestinal. Desde la regulación del tránsito intestinal hasta la mejora del sistema inmunológico y la reducción del estrés, los beneficios son diversos. Integrar el ejercicio como parte de un estilo de vida saludable puede marcar la diferencia en la prevención de trastornos gastrointestinales y en la promoción de un bienestar general.