El nuevo año viene siempre cargado de buenas vibraciones, borrones y cuentas nuevas, objetivos ambiciosos, selfies en el espejo del gimnasio con el título “Nuevo año, nuevos Propósitos”… pero lamentablemente vienen normalmente acompañados de muy poca tracción y continuidad en el tiempo.
Y resulta que Enero es el comienzo de un nuevo año, pero nada mas allá de la realidad.
ENERO NO BORRA LO QUE HAS HECHO EN MESES ANTERIORES
Un año tiene 365 días y Enero 31. Lo más normal es que en vez de comenzar en Noviembre a entrenar y a mejorar tu alimentación, optes por hacerlo a partir del día 1 de Enero después de la resaca de fin de año. Bien sea por que te sientes con más motivación o por que tu sentimiento de culpa es de un alto grado.
Todo está relacionado con la necesidad del ser humano de procrastinar las cosas al estilo “El Lunes empiezo el gimnasio”, “En Enero dejo de fumar”, “En Septiembre contrato a un entrenador personal”. Y el motivo es porque nos sentimos mejor cuando las cosas se empiezan al inicio de algo y no al final. Pero de nada sirve empezar, si en Febrero vamos a tirar la toalla.
LA MOTIVACIÓN SOLO ES EMOCIÓN DEL MOMENTO
Ya tienes el mejor conjunto de ropa fitness preparado, has seguido a 20 nutricionistas del momento en Instagram y estás preparado para entrenar. Pero a la semana te das cuenta de que la cosa va flojeando y empiezas a posponer entrenamientos y ahora en vez de seguir consejos de comida saludable, estás pensando en compensar el no entrenar con saltarte alguna comida del día y pasar algo de hambre.
La motivación es un factor extrínseco que en muchas ocasiones no depende de si es Enero, si nuestro conjunto es el más molón o de si mido mi lifestyle por la gente que sigo en redes sociales.
Buscar la motivación en tu interior siempre es más fructífero, ya que te permite ponerte nuevos retos a nivel de rendimiento, adentrarte en el mundo de los productos saludables sin pasar hambre. Y aún con todo eso, hay ocasiones en las que no nos apetecerá hacer ejercicio y tocará entrenar sin motivación.
EL EFECTO FRUTA DE TEMPORADA
Esto es algo con lo que probablemente todos nos veamos reflejados. Nos pensamos que en Enero nos plantan y en Julio se recogerá la cosecha y estaremos bien maduros para enseñar cuerpazo en la playa.
Si al menos fuera así y de Enero a Julio hiciéramos las cosas bien, sin estrés, con disciplina, constancia, algun que otro parón pero sin efectos negativos, podría ser algo factible. Pero la realidad es que nos entran las prisas cuando queda 1 mes para el verano y nos damos cuenta de que otro año más lo hemos vuelto a hacer.
Y de eso se trata, de que no debemos funcionar por épocas del año, tenemos que hacerlo durante cada uno de los momentos del año que tengamos la oportunidad de elegir entre hacer algo de ejercicio o quedarnos 2 horas en el sofá y comer mal un día entero y al siguiente y al siguiente también o saltarnos la rutina y al día siguiente volver a retomarla.